El cambio climático global es cada vez menos una teoría y más un hecho patente.

Así, hace pocos días llovía en Santiago y la zona central, un hecho muy poco común a las puertas del verano.

Mientras, en nuestra zona la Provincia de Parinacota se encuentra en estado de emergencia agrícola y los ganaderos del altiplano recibieron fardos de pasto para mantener a sus rebaños de camélidos, ante la escasez de vegetación en la zona.

Hasta el momento, poco es lo que ha precipitado en la cordillera parinacotense y las proyecciones de la Dirección Meteorológica de Chile indican que los próximos dos meses el agua caída estaría bajo lo normal.

Por muchos años Arica sufrió de restricciones en el suministro de agua potable y hasta mediados de los años '90, todavía había sectores donde se producían cortes diarios de suministro.

Entonces, con una gran inversión, se habilitaron los pozos del Valle de Lluta, la planta desaladora y se aumentó la extracción de Azapa, con lo que toda la ciudad pasó a tener agua potable las 24 horas.

Fue un gran paso en términos de comodidad para la población, pero parece haber llevado a mucha gente, y particularmente a quienes llegaron desde esa época en adelante, a sentir que el agua dulce es un recurso abundante en la región.

La realidad es que no es así y particularmente el acuífero de Azapa está siendo explotado más allá de su capacidad de recarga.

No obstante, en esta época es posible ver a gente regando sus jardines largo rato con la manguera e incluso regando la tierra desnuda, para que no se levante polvo. Mientras, proyectos como el entubamiento del canal Azapa aún esperan un acuerdo entre regantes y autoridades.

Es tiempo de comenzar una campaña en serio para que la población internalice el hecho evidente de que vivimos en el desierto más seco del mundo y comiencen a vivir en consecuencia.

De no hacerlo, las consecuencias podrían ser graves e irreversibles.

Dentro de la cultura de los pueblos cristianos existe una tradición, basada en construcciones poéticas y musicales de carácter popular y de estructura sencilla, cuya existencia data de tiempos remotos cercanos al siglo XIII que son los llamados villancicos, cuyo origen si bien es cierto no tuvo contenido religioso, pues reflejaban la vida en las villas a través de canciones simples que narraban sucesos cotidianos, con el tiempo tomó fuerza la idea de relatar o recrear en estas canciones el acontecimiento de la Navidad o el nacimiento de Cristo.

Es así que los primeros villancicos se escucharon en forma masiva, por allá por los siglos XV y XVI en los salones de la nobleza europea, donde se empezó a musicalizar poemas, siendo transferido a Hispanoamérica a partir del Siglo XVII. Más tarde la Iglesia adoptó este género en su liturgia y favoreció primordialmente la temática del Nacimiento. Costumbre que he perdurado y que cada Diciembre cobra fuerza en todo el mundo, impregnando el aire del espíritu navideño.

Otra manifestación del arte, en esta temática son los soliloquios que son reflexiones en voz alta y a solas. Conocidos y célebres son los "Soliloquios de Belén" del escritor italiano Giovanni Papini. (1881-1956). Tal como en los villancicos, este autor recrea con simpleza y gracia los distintos puntos de vista con que de cada narrador cuenta el nacimiento (El posadero, el dueño del establo, el buey, el burro, el pastor, hasta completar 9 relatos) Son bellas piezas no menos emotivas y luminosas que rescatan desde los orígenes la humildad de una fe de 21 siglos.

Hoy en día, la tradición ha trasladado y situado en nuestro devenir estas sencillas manifestaciones literarias y musicales como parte de quien siendo sencillo alcanzó su indiscutida gloria aunque que solemos confundirlo y tergiversarlo con en una fiesta de no más alcance que un exacerbado consumismo.