Este buen equipo de fútbol una vez Campeón de Chile, formado por profesores de destacada actuación en las competencias de antaño ha juntado a quienes vamos quedando.

Es una actividad anual cuya finalidad se orienta a recordar épocas pasadas y a quienes ya no están en la mesa de la amistad rindiéndoles el merecido homenaje.

Hoy, ellos forman parte de la filial ""Caminito al Cielo" que se queja de la falta de jugadores. Los ángeles los golean a cada rato y los ganan hasta por no presentación. Están preocupados porque en el campeonato celestial descender significa bajar al infierno y como nadie quiere quemarse se presentan con lo que tienen.

En la tierra los que quedamos, inquietos, nos contamos a cada rato llamándonos por celular. Es tanto el sentido de identidad y pertenencia que de otras ciudades han concurrido al evento que en esta ocasión juntó a Jarpita, "cañón" Valentie, Santos Zárate. A Guido y Luis Cornejo; Barraza, Mateluna, Astorga, al gato Esquivel, Araya.

No fallaron Jorge González, notable centro delantero y Luchito Cáceres, etc., que desde Iquique vinieron al evento que se desarrolló en casa del goleador "Huachipato" Rivera para disfrutar los platos preparados por el destacado chef Anibal Cofré . También presente Juanito Oyarce y sus chistes harto repetidos y que reiteradamente en estas convivencias alude a un gol que me pasó jugando por otro equipo.

Como a través de la oración tenemos contacto con nuestros amigos que nos observan desde arriba les manifestamos tengan paciencia porque abajo la fila de espera cada vez se alarga más. Hay varios parientes del alemán (Alzheimer), algunos se codean con Parkinson, otros peleamos a cada rato con los huesos de las rodillas, columna, artritis, etc.

Así que muchachos de arriba, un poquito de paciencia, los refuerzos van.

Como el campeonato es largo, esperamos llegar a tiempo.

Total, el campeonato es largo. De repente "campeonamos" una vez más.

Probablemente, el punto de inflexión más importante para la Oficina Nacional de Emergencia, organismo dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, haya sido el terremoto y posterior maremoto, ocurridos el 27 de febrero de 2010. La crisis más grande que haya sufrido nuestro país en términos de catástrofes naturales en su historia moderna, también puso en evidencia los problemas y virtudes de sus sistemas de reacción y remediación.

De ahí en adelante la mirada a la Onemi fue distinta. Más allá de los juicios técnico-políticos que surgieron tras el destructivo evento de hace más de cuatro años, el hecho dejó sobre la mesa la necesidad de analizar cómo se podía perfeccionar el sistema de emergencias en nuestro país, lo que se fue realizando de manera progresiva hasta hoy.

Sin embargo, el cambio más profundo fue formalizado ayer por la Presidenta Michelle Bachelet, quien firmó el proyecto que crea el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, que reemplazará a la actual Onemi.

Las catástrofes ocurridas en Valparaíso con el gran incendio o los terremotos en el norte de Chile este año, pusieron nuevamente a prueba el funcionamiento de los sistemas de emergencia y se transformaron en una nueva base para la modificación de la institucionalidad nacional en este ámbito.

El nuevo Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias pone un fuerte énfasis en la prevención, involucrando además a las empresas encargadas de entregar servicios básicos, uno de los puntos críticos de los recientes eventos. La gestión de emergencia y recuperación convoca además, el protagonismo de instituciones regionales, no sólo desde el poder central. Esto permitirá también revisar y fiscalizar procedimientos a nivel regional y provincial.

Se busca de esta manera, establecer una institucionalidad práctica, funcional y eficiente respecto a la gestión y la prevención de las emergencias, que evidentemente, ha ganado en experiencia y en capacidad para enfrentar contingencias difíciles.