Explican muerte de camélidos en G. Lagos
Un grave problema de sequía que afecta a la comuna, la falta de forraje, junto a enfermedades como la sarna y los depredadores naturales, cada día eleva las cifras de muerte en llamas y alpacas del sector. Gran parte de los habitantes del altiplano, dependen en forma importante de estos animales, porque su carne constituye la fuente principal de proteína animal, la lana es aprovechada en las vestimentas y comercio local, del estiércol obtienen combustibles y fertilizantes, además de ser un medio de carga.
Según Felipe Figueroa, genetista e investigador del Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto, esto es sólo la punta del iceberg de un problema mucho mayor que afecta a los habitantes de la comuna y que tiene raíces muy antiguas: la endogamia. El término se refiere a la reproducción entre individuos unidos genéticamente durante generaciones sucesivas. Como consecuencia de ello, en el mediano o largo plazo, sus descendencias pueden presentar enfermedades, malformaciones genéticas, una menor capacidad adaptativa a cambios ambientales, además de una mayor susceptibilidad a enfermedades infecciosas. El especialista explica que "en la evolución natural se produce una diversidad genética en cada especie, que ayuda a la adaptación al entorno en que se desarrollan. La amplitud de la diversidad genética en las razas domésticas depende del tamaño de las poblaciones fundacionales. A menor tamaño de la población, menor será la amplitud de la diversidad genética". De esta forma, Figueroa aclara que a finales de los primeros cien años de la conquista española, cerca del 80% de los camélidos sudamericanos había sido extinguido, lo que sumado a otros factores posteriores puso a las especies en inminente peligro de extinción. La escasa población de animales derivó en la llamada endogamia, que se ha mantenido durante siglos, a pesar que la cantidad de ejemplares ha crecido. Es decir, las poblaciones actuales de camélidos son descendientes de los pocos sobrevivientes del pasado y por ende, poseen un mínimo de variabilidad genética para lograr que los rebaños tengan mayor defensa a enfermedades infecciosas, una mejor calidad reproductiva, mayor adaptabilidad al entorno y mejor expectativa de vida de sus crías.
Proyecto
Por esta razón, el CIHDE (UTA- CONICYT) postuló a un proyecto del Fondo de Innovación Agraria del Ministerio de Agricultura. Dirigido por Felipe Figueroa, esta iniciativa pretende ayudar a la Municipalidad de General Lagos a solucionar el problema. La propuesta concreta se basa en la elección de los reproductores para cruzamientos reproductivos, de acuerdo a perfiles definidos por marcadores genéticos moleculares. Su objetivo final, es aumentar la variabilidad genética de los rebaños y como consecuencia el aumento del rendimiento productivo de cada uno de ellos.
Aunque aún no está aprobado, Figueroa comentó que de ser implementado "será un gran aporte al desarrollo socio-económico de la provincia de Parinacota, porque crearemos una base de datos moleculares y a largo plazo se mejoraría la productividad de los rebaños de camélidos y enriquecería la calidad de la carne". Agregó que la carne de llamas y alpacas tiene un potencial que debe ser implementado, porque su composición química es rica en proteínas, valores similares o superiores a la carne bovina y sus porcentajes de grasa son menores. El problema es que hoy en día, gran parte de la población de llamas y alpacas está infectada por el parásito Sarcocystisspp, que provoca sarcosporidiosis, una enfermedad que produce quistes intramusculares y que en casos agudos, deriva en abortos espontáneos, disminución en la producción de leche, lana quebradiza, pérdida de peso, cojera, retardo en el crecimiento e incluso la muerte. J