En el denominado Caso Corrupción Municipal, para la Fiscalía existía una organización criminal que operaba desde el 2004 hasta el 2012 al interior de la Municipalidad de Arica con la finalidad de generar contratos a beneficio de dos empresarios, Jorge Frías y Ruperto Ojeda.
Según la investigación, el empresario Jorge Frías fue sindicado como el "verdadero jerarca de la Municipalidad" y supuestamente mandaba más que el propio ex alcalde Waldo Sankán.
Según la Fiscalía, para disimular esos nexos, los acusados no usaban en sus conversaciones los nombres reales de las personas envueltas en sus tratativas, sino que se referían a ellas con apelativos en clave.
A través de las interceptaciones telefónicas, la Fiscalía fue revelando cada uno de esos seudónimos: Por ejemplo, a Jorge Frías lo nombraban como:
El ex alcalde Waldo Sankán, quien supuestamente facilitaba los mecanismos para adjudicar las propuestas, era nombrado por los otros integrante de la banda como: "
tros integrantes
Para la Fiscalía, el brazo operativo de la organización era el ex concejal Javier Araya, quien supuestamente era el encargado de persuadir al resto de los concejales de aprobar las propuestas del empresario Jorge Frías por un incentivo económico. Araya era sindicado como En varias escuchas telefónicas aparece su voz contando al empresario Frías que había obtenido los votos de sus colegas.
La Fiscalía fue revelando, a lo largo de las escuchas, que el resto de los ex concejales también tenía seudónimos. Marcela Palza era llamada Su ex colega María Teresa Becerra, Según las ex ediles, desconocían que las apodaban de esa manera.
También aparecieron nombrados otros funcionarios municipales, como el caso de Héctor Arancibia, quien se desempeñó en dos cargos; administrador municipal y asesor jurídico. A él lo denominaban como
Al empresario Ruperto Ojeda, que estuvo a cargo de la mantención de las áreas verdes lo sindicaban como e
Al consultar al fiscal, Carlos Eltit si es común que este tipo de organizaciones se coloquen seudónimos, dijo que "evidentemente de algunas escuchas se puede deducir que hay algún temor respecto de ser eventualmente interceptado o escuchado, por lo que utilizan seudónimos para referirse a las personas sin que se pueda saber. La verdad si uno sigue el contexto y el transcurso de los audios, por las materias que tratan es bastante sencillo darse cuenta de las personas que se están hablando. Las mismas escuchas van dando cuenta de actuaciones que sólo pueden realizar ciertas personas. Durante la investigación y más adelante fueron diciendo los verdaderos nombres", explicó. J