Indignado vecino puso fin a fiesta bañando a bailarines con veneno
Lo que sería una tarde llena de espiritualidad para gran parte de los bailes religiosos que celebraban la fiesta del Santo Patrono San Miguel Arcángel, se transformó en una verdadera pesadilla, que terminó con más de 30 personas rociadas con una mezcla letal de pesticida agrícola.
Los hechos ocurrieron a eso de las 14.15 horas del lunes, en el frontis de la Iglesia de San Miguel de Azapa. En el lugar, un vecino molesto por los ruidos de los bailes y las bandas de bronce, no halló cosa mejor que salir desde su predio con una bomba fumigadora, que contenía lannate, el que esparció a un grupo. La razón: una guagua no podía dormir y sus perros estaban nerviosos.
La situación obligó a trasladar a tres personas, entre ellos dos menores, hasta la Posta de Urgencia, donde fueron atendidos.
Los afectados presentaban enrojecimiento de la piel, mientras que a un joven de 15 años, le afectó los ojos y rostro.
Al lugar concurrieron personal del retén de San Miguel de Azapa, junto a bomberos del poblado.
Los voluntarios iniciaron un rápido operativo para limpiar la zona afectada, donde estaban parte de los bailes religiosos, que esperaban su momento para ingresar a la iglesia.
Producto del incidente, las celebraciones se vieron interrumpidas y, luego, suspendidas.
La información fue proporcionada por el presidente de la Junta de Vecinos de San Miguel de Azapa, Cristian Báez, junto a parte de los vecinos que estuvieron en el incidente.
INCIDENTE
Ellos estaban a la espera que ingresara la banda "Príncipes de San Miguel", cuando apareció un hombre que portaba una bomba de pesticida, con la que comenzó a rociar a quien estuviera cerca de la malla metálica, que divide su predio y el frontis de la iglesia.
"Fue en ese momento cuando mi hijo de 15 años sintió como el pesticida le llegaba directo a sus ojos y rostro", relató el padre.
TESTIGO
Edu Choque, secretario de los bailes religioso de San Miguel, aseguró que " de haber echado más pesticida, podría haber matado a alguien".
El dijo que escuchó -como lo hicieron varios de los presentes- que el vecino se defendió diciendo que "no dejaban dormir a una guagua y que sus perros estaban nerviosos con los ruidos".
Hasta ayer el incidente sólo había quedado en una constancia, a la espera de alguna acción legal contra el responsable. J