Estos niños ahora podrán dormir tranquilos
Sandra, Sebastián y Maxi son tres hermanos que viven en el pasaje Mar Mediterráneo del Cerro La Cruz.
Según su mamá, Cinthia Alegría (36), los niños son tranquilos, estudiosos y regalones. Pero su tranquilidad se vio vulnerada por los vecinos del lado, que escuchaban música hasta altas horas de la madrugada y a todo volumen.
Las advertencias, según comenta Cinthia, fueron varias. En repetidas ocasiones llamaron a Carabineros para pedirles a los vecinos que bajaran la música, pues además de afectar la tranquilidad del hogar, los ruidos provocaban crisis y cuadros de ansiedad en Sebastián (13), quien tiene el Síndrome de Asperguer y además sufre de epilepsia.
Sus hermanos, Sandra y Maxi, también se veían alterados por esta música.
Sandra tiene una hipoacusia neurosensorial que le provoca una hipersensibilidad a los ruidos y a otras estimulaciones mientras que el más pequeño, Maxi, también tiene el Síndrome de Asperguer y el de Tourette, que le causa en repetidas ocasiones tics nerviosos.
"Esta situación se prolongó durante 3 años. Hablé con los vecinos y la verdad es que fue para peor. Hasta que decidí hacer una demanda acogiéndome a la Ley de la Discapacidad. La estudié y consideré que tenía que luchar por los derechos de mis niños. No busco compensación económica, sino que mis hijos puedan estar tranquilos en su casa y dormir bien", asegura la madre.
Agrega que los vecinos escuchan reggaetón hasta las 5, 6 e incluso hasta las 7 de la mañana varias veces en la semana y que, a causa de esto, los niños se alteraban y no podían dormir, lo que causaba muchas veces la ausencia escolar, ya que lograban conciliar el sueño recién en la mañana.
"Entiendo que la gente joven quiera disfrutar y escuchar música, pero la situación de los niños es delicada y ellos se alteraban y no podían dormir. Mi hija amanecía gritando, histérica, a causa de esto. Ellos conocen la situación, por eso decidí demandarlos".
El juicio se llevó a cabo en el Tercer Juzgado de Policía Local durante el 25 de septiembre y se llegó a una conciliación de las partes comprometiéndose los vecinos a que no se emitieran más ruidos molestos para que esto no siguiera afectando a los hijos de Cinthia. La madre y sus hijos ahora confían en que este acuerdo judicial se respete y por fin sus hijos puedan dormir en paz. J