Lo que está ocurriendo en algunos sectores del centro de Arica es sintomático. La transformación de barrios bohemios en puntos para el desarrollo de negocios gastronómicos, muestra cómo es posible dar giros al rostro de la ciudad a partir de las propias capacidades y potencialidades de los ariqueños.

Se debe convenir, por cierto, que los barrios bohemios no tienen por qué estigmatizarse. La vida nocturna es parte de las ciudades y sus negocios también tienen segmentos y ofertas bien determinados, que pueden dar vida y diversidad incluso al turismo. En otras palabras, no es el qué, sino el cómo, y es en este caso cuando también los locales nocturnos pueden transformarse en una alternativa para la ciudad, siempre que no se transformen en focos de inseguridad, como lamentablemente ocurre en muchos casos.

En el caso del nuevo desarrollo gastronómico en el centro ariqueño, hay vecinos que reconocen que estas nuevas posibilidades están dando un rostro también más familiar a un sector tan importante de la ciudad. Los esfuerzos e inversiones contribuyen también a darle un sello a Arica, formando y creando conceptos atractivos para los visitantes y al mismo tiempo, prestando servicios que son fundamentales para sus habitantes.

Pero no deja de ser también un síntoma sano el hecho de que estos cambios sean impulsados también con esfuerzos privados. No se trata de que el Estado o las autoridades tengan que liderar siempre las mejoras que pueda tener nuestra ciudad. Más allá de la responsabilidad que le cabe al sector público de impulsar cambios y mejoras, también está el esfuerzo individual y particular, que además de dinamizar áreas de la economía, habla de los efectos y necesidad de aprender a querer, cuidar y proyectar la ciudad, a partir de sí misma, de sus habitantes, de su comunidad.

Arica necesita sumar ofertas, más cuando se piensa de ésta como una ciudad turística. Y los aportes que pueden hacer tanto el sector privado como el público, son vitales.

Durante mucho tiempo se ha comentado que Arica, atendida su condición bifronteriza, sólo es un zona de acopio y de paso de los grandes cargamentos de droga que tienen como destino otras regiones del país. En este sentido, la política de persecución penal de la Fiscalía de Chile entrega criterios para fortalecer la investigación de cierto tipo de delitos de gravedad, entre ellos el tráfico de drogas. Sin perjuicio de lo anterior, las acciones de nuestra institución también van dirigidas a enfrentar con dureza el denominado tráfico barrial, entendiendo que este ilícito afecta directamente a los vecinos y constituye la puerta de entrada de otro tipo de ilícitos, como robos, hurtos, riñas, prostitución de menores, entre otros.

Es en este contexto que en julio pasado, la Fiscalía, el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, Carabineros y la Policía de Investigaciones de Chile suscribieron un convenio que intensifica la persecución contra el microtráfico y las grandes importaciones de droga. Así, el acuerdo establece intervenir al menos 100 barrios críticos en todo el país en los próximos cuatro años y, en lo inmediato, realizar durante este 2014 un total de 80 procedimientos focalizados contra la venta de drogas al menudeo.

En tanto, a nivel regional hemos llevado a cabo en los últimos años diversos procedimientos masivos contra el microtráfico en varios sectores poblaciones, logrando sentencias condenatorias. Es así como en agosto pasado realizamos un importante operativo junto al OS-7 de Carabineros en varias poblaciones del sector Cerro La Cruz, donde se incautó cerca de 800 gramos de droga y se detuvo a 4 personas, que quedaron en prisión preventiva.

En este sentido, esta Fiscalía Regional seguirá abordando este fenómeno delictivo, considerando el fuerte impacto social que provoca y la sensación de inseguridad que genera a nuestros vecinos, todo ello a través de un plan de persecución criminal que persigue la detección de focos de distribución, desarticular progresivamente las bandas delictuales y sumar en esta tarea a otros organismos públicos a través de intervenciones integrales, que vayan más allá de la respuesta del sistema criminal.