La garúa matinal ya es costumbre
En este invierno ariqueño ya no es inusual amanecer con una leve garúa mañanera. Son gotas finísimas, pero precipitación de agua al fin y al cabo, que en algo ayuda a la agricultura y a limpiar el aire de la ciudad.
En este invierno ariqueño ya no es inusual amanecer con una leve garúa mañanera. Son gotas finísimas, pero precipitación de agua al fin y al cabo, que en algo ayuda a la agricultura y a limpiar el aire de la ciudad.
Parece, a lo menos, paradójico que una marcha convocada bajo la necesidad de defender y valorar los Derechos Humanos, terminara con un periodista agredido y otro a punto de ser quemado vivo. Los hechos se registraron el fin de semana en la manifestación pacífica que se movilizó hasta el Cementerio General en Santiago, para recordar al Presidente Salvador Allende. El atentado a la libertad de información y al ejercicio de la labor de la prensa fue atropellado duramente en la actividad, por grupos identificados por el gobierno como 'minoritarios' y de clara orientación violentista.
El nivel de violencia que se aprecia en este tipo de llamados, marchas que parten pacíficamente convocadas por su organizadores, pero que terminan cargadas de violencia, se han transformado no sólo en un motivo de inquietud ciudadana, sino que también en punto de partida para discusiones en torno a la necesidad de garantizar la seguridad. Una muestra de aquello fue lo que ocurrió en el gobierno anterior con el debate respecto a la llamada 'Ley Hinzpeter', que fue duramente cuestionada por querer 'criminalizar la manifestación social', especialmente con una señal potente: evitar que las protestas se realizaran a rostro cubierto.
Hoy, la protesta social sigue legitimada como una forma de libertad de expresión, que es ampliamente utilizada por los diferentes sectores, para poner de manifiesto las más diversas inquietudes ciudadanas. Sin embargo, el legítimo ejercicio de esta libertad se ve entorpecido por las actuaciones de los 'grupos minoritarios' que encuentran en las marchas el momento ideal para la violencia y el crimen.
La base de la libertad es el respeto, un respeto que debe ser recíproco y responsable. Es la sociedad en general la que debe hacerse cargo de estos episodios, evitando que se repitan. Particularmente el sistema de justicia en su conjunto debe actuar de manera ejemplarizadora a la hora de extirpar, sacar definitivamente a los delincuentes, de las manifestaciones que legítimamente buscan promover y hacer ver derechos ciudadanos.
A la subida de San Ignacio de Loyola (Camino a Las Pesqueras) se construyó una ciclovía, como parte de la remodelación del sector. Lo malo es que llega sólo hasta medio cerro, y tiene un abrupto final.