Posando para la foto en silencio
Una familia de turistas quiso fotografiarse con la catedral San Marcos de fondo. Claro que ellos, muy respetuosos, se daban indicaciones por señas para no interrumpir en la misa que se oficiaba.
Una familia de turistas quiso fotografiarse con la catedral San Marcos de fondo. Claro que ellos, muy respetuosos, se daban indicaciones por señas para no interrumpir en la misa que se oficiaba.
Hay que decirlo. A diferencia de las ramadas locales, donde en vez de cueca se escucha más reggaeton y cumbia, en los festejos peruanos de ayer, previos al día de su independencia, hubo puro vals peruano. Parejito.
Vecinos dicen que se trata de una historia que tiene casi una década. Lo que está ocurriendo en la Población Tucapel 2 se convierte hoy en el capítulo más inquietante y visible de un hecho que no es nuevo, pero que a pesar de sus antecedentes, no ha sido adecuadamente solucionado, según cuentan los mismos pobladores del sector.
Los socavones que se han abierto paso bajo las casas del sector han ganado notoriedad a nivel nacional, especialmente luego de la denuncia realizada a través de las páginas de La Estrella de Arica, en donde el vecino Marco Arias dejaba a una comunidad observando con estupor la dimensión del hoyo que hoy existe bajo su vivienda. Le llaman ahora 'El minero 34', recordando a los rescatados de la Mina San José, por las características que hoy tiene el suelo donde se sostiene su vivienda.
Sin duda, resulta preocupante que hayan pasado años sin que en estos casos particulares el problema haya sido resuelto. La Cámara Chilena de la Construcción en la edición de hoy de este Diario, da a conocer que lo que está ocurriendo es un problema que contaba con diagnósticos, pero que no alcanzó a tener las soluciones adecuadas.
El problema exige dos caminos fundamentales: el primero, entregar una solución concreta, idealmente pronta, a los pobladores que ya están afectados por un evento que puede poner hasta vidas en riesgo. Y segundo, atender los efectos que los suelos salinos pueden tener en la construcción de proyectos habitacionales, y cómo estos se pueden enfrentar sin llegar a escenarios como el que hoy viven decenas de familias en Arica.
La Cámara Chilena de la Construcción reconoce que este problema se está recién tomando en cuenta a la hora de construir y refuerza la idea de invertir adecuadamente para aprovechar las fortalezas que, con todo, tienen estos terrenos. Especialmente en el caso de las viviendas sociales, la falta de espacios amerita los esfuerzos e inversiones para que la 'vivienda digna' no sea sólo una frase cliché.
La Sociedad Chilena de Cardiología ha llegado hasta Arica para galardonar a uno de sus miembros más destacados, el Dr. MARIO GATICA, como Miembro Honorario de dicha Sociedad científica, distinción muy merecida para este prócer de la medicina ariqueña que por 50 años ha entregado su saber y gran expedición clínica a favor de miles de ariqueños afectados de enfermedades cardiovasculares, dejando tras de sí una estela filantrópica y una limpia y bondadosa trayectoria científica, clínica y ética, como lo pueden atestiguar quienes recibieron el beneficio de recuperar la salud a través de sus manos.
El Dr. Mario Gatica Guerra estudió en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile en el sector de la Avenida Independencia con la calle Zañartu, realizando sus asignaturas clínicas en la Cátedra de Medicina del Profesor Valdivieso del Hospital José Joaquín Aguirre, titulándose de Médico-Cirujano en 1959. Becado en la especialidad de Medicina Interna en la cátedra del Profesor Hernán Alessandri, recibe una sólida formación con destacados maestros del Hospital El Salvador. Destinado al Hospital Dr. Juan Noé llega hasta Arica en 1962 incorporándose al Servicio de Medicina que contaba con 72 camas, haciendo valer desde el comienzo la sólida formación que traía, gestando una rápida modernización y desarrollando la especialidad de Cardiología, mejorando la implementación médica e instrumental. Fueron años de duro batallar, sin embargo Mario Gatica fue imponiendo su criterio y aportando ciencia y arte a la medicina ariqueña, transformando el Servicio de Medicina en un centro clínico importante, curando sin hacer milagros y haciendo milagros en silencio. Continuando su progreso profesional el año 1974 ganó una beca en Cardiología en el Hospital de San Pablo de Barcelona. Al terminar su estada en Cataluña pudo haberse integrado a cualquiera de los centros cardiológicos de Santiago pero prefirió continuar desarrollando su apostolado en el Servicio que había ayudado a desarrollar en Arica.
La celebración de la independencia de Perú debió impresionar fuertemente a uno de sus invitados, pues durante todo el festejo no paró de sacarse 'selfies'. Claramente, será una jornada que no olvidará.