La unidad de toda una tradición
Los industriales panaderos de Arica han iniciado un trabajo tendiente a fortalecer un gremio que en rigor, hoy no existe como tal. De hecho, hoy se realizará una reunión en la que los pequeños y medianos empresarios de este negocio conformarán una organización que busca reeditar y actualizar la agrupación que antiguamente llegó a tener la ciudad y que se caracterizó por su fortaleza.
Y es que si bien los tiempos cambian, el rubro no quiere que las vicisitudes que enfrenta el negocio del pan tenga que pasar la cuenta a los mismos productores. Y esto tiene una razón muy simple.
El consumo de este alimento en nuestro país bordea los cien kilos per cápita anuales, y se le reconoce como parte fundamental de la alimentación, especialmente en segmentos de menores recursos. Es por eso que lo que ocurra con esta industria, desde la fijación de precios hasta su dinamismo y desempeño, tiene un efecto importante en la población.
Hoy se sabe que una de las principales tareas de las que se ocupará la futura organización de panaderos en Arica, es el poder enfrentar los cambios que está experimentando esta industria, ante cambios culturales, sociales y laborales. Es un real desafío hoy para los empresarios del rubro, el poder contar con mano de obra calificada, la que se ha ido perdiendo en los últimos años debido a la apertura de otros horizontes laborales, en rubros como la minería o la construcción, por ejemplo.
Otro aspecto que no se puede desconocer es el efecto que tiene en una industria, especialmente de carácter familiar, el cambio cultural que se evidencia en todo el país. Muchas generaciones de panaderos se terminan abruptamente cuando los hijos emprenden nuevos negocios o vidas distintas a las de sus padres y abuelos, dejando atrás una tradición, hoy, difícil de enseñar.
El gremio de los panaderos necesita organizarse, establecer redes y propender a la especialización de un rubro que dada su importancia entre la comunidad, siempre necesita estar adaptándose a los tiempos.