Congelamiento de aranceles
Amplia difusión alcalzaron las palabras del recientemente asumido rector de la Universidad de Chile, quien en su discurso de toma del cargo anunció que congelará los aranceles de la casa de estudios para el próximo año.
La reforma educacional se ha convertido en uno de los temas de más amplia discusión pública, ya que afecta a todos los niños y jóvenes en edad de estudiar y también a sus padres y apoderados. Pero más aún, tendrá incidencia en la vida de las próximas generaciones de chilenos y en el desarrollo del país como un todo, en este mundo globalizado e interconectado en el que habitamos.
Sin embargo, en su estado actual causa muchas más dudas que certezas. Haciendo un paralelo se podría asimilar a un importante viaje, del que conocemos el destino, pero no la ruta que seguiremos, el medio de transporte que utilizaremos ni la extensión de la jornada.
Claro, porque el objetivo final, declarado reiteradamente por la autoridad, es que la educación en Chile sea universalmente gratuita y de calidad, pero la forma en que se alcanzará esa meta sigue siendo nebulosa, desde el momento que su financiamiento depende de la reforma tributaria, otro proyecto motivo de amplia y acalorada discusión.
En este escenario, la declarada intención del nuevo rector Ennio Vivaldi viene a darle una certidumbre a la comunidad ligada a la 'casa de Bello', al saber que cualquiera que sea el rumbo y el cariz que tome la discusión del proyecto educacional del gobierno, las condiciones económicas de acceso a la Universidad de Chile ya son claras y conocidas, al menos para el próximo año.
Su decisión podría servir como un ejemplo, ya que cualquier institución de educación superior financieramente sana debería poder congelar sus aranceles por un año, sin comprometer su existencia ni su calidad académica.
Esto daría una señal de orden y estabilidad a sus actuales y próximos estudiantes, a partir de la cual la confrontación de opiniones se puede realizar en forma más ponderada y con menos apasionamiento.