La Cámara de la Construcción estableció que en Arica y Parinacota existe un déficit de 8.500 viviendas, situación que impacta en la calidad de vida de la región.

En los últimos años, la zona ha experimentado un crecimiento que demanda la materialización de nuevos proyectos. Es así como durante esta década se han levantado una serie de conjuntos habitacionales, especialmente en el sector norte, donde también se evidencia la necesidad de fortalecer la infraestructura urbana.

Sin embargo y en virtud de los antecedentes, este crecimiento aún es insuficiente para responder a la necesidad habitacional de los ariqueños, por lo que se hace necesario adoptar políticas que atiendan la demanda de todos los sectores sociales a través de la generación de alternativas que absorban los requerimientos de los programas sociales de vivienda, pero también los de la clase media .

Es evidente que existe una serie de factores que deben ser analizados a la hora de proyectar la ciudad. En ese sentido, una de las claves es elaborar un nuevo plan regulador que permita, por ejemplo, facilitar la edificación en altura y redistribuir las zonas residenciales, comerciales e industriales que actualmente presenta la comuna.

Por otro lado, es indispensable que el municipio restablezca el cabal funcionamiento de la Dirección de Obras, de modo que no se provoque un estancamiento administrativo de las iniciativas públicas y privadas.

Otra de las complejidades dice relación con las amplias áreas de suelo salino existentes en la ciudad, lo que termina encareciendo la construcción y, por ende, el precio de las viviendas.

Considerando que las últimas administraciones han impulsado el despegue económico de la región, se hace indispensable que aquel trabajo esté aparejado con herramientas que permitan responder a una de las necesidades básicas del ser humano: una vivienda digna y al alcance de todos los sectores.