Científicos están cerca de controlar la lluvia con láser
Nuevos descubrimientos permiten que el sistema no colapse y se haga a distancia.
Saber cuándo va a llover o cuándo dejará de hacerlo es el sueño de muchos meteorólogos que estudian el tema hasta el cansancio. Sin embargo, un reciente estudio asegura que esa realidad podría estar más cerca, luego de que un trabajo de la Escuela de Óptica y Fotónica de la Universidad Central de Florida y la Universidad de Arizona asegurara que se puede usar una tecnología láser a grandes distancias para hacer que caiga agua en una ciudad.
Según explicaron los investigadores en un trabajo publicado en Nature Photonics y divulgado por diferentes medios, la actividad de condensación de agua y rayos está vinculada a grandes cantidades de partículas cargadas de estática y la estimulación de esas partículas con un láser podría ser la clave para, por ejemplo, lograr que llueva en un lugar cuando es necesario.
La solución es un segundo láser que actúa como una reserva de energía y como un aislante, permitiendo el alcance de mayores distancias y de forma más segura, al viajar alrededor de la primera señal.
Aunque la tecnología láser en la actualidad permite alcanzar distancias importantes sucede que a medida que toma más intensidad, el sistema tiende a colapsar. Lo que finalmente sucede que crea un plasma a partir de los electrones del oxígeno y nitrógeno del aire, creando un filamento que no puede propagarse de manera correcta, siendo afectado por las propiedades del aire y haciendo que el experimento falle.
El uso de un segundo láser, que envuelva al primero en una cobertura de baja densidad, permitiría el paso seguro de la señal, pudiendo estimular las partículas de las nubes de forma correcta y logrando así un escenario de lluvia.
Los científicos han logrado extender el pulso de 25 centímetros a poco más de dos metros, e incluso están pensando en aumentarlo. "Esto podría llevar eventualmente a tener filamentos ultra largos, inducidos ópticamente, o canales de plasma que de otra manera serían imposibles de establecer bajo condiciones normales", dijo Demetrios Christodoulides, quien está trabajando en el proyecto junto a los alumnos de postgrado y que fue citado por la revista. J