"El jardín de Horacio" y la pelea por tener un mirador más verde
Hace algunos meses decidieron hacer de un sitio eriazo un ejemplo de vida.
Cuenta una parábola la historia de un sembrador de semillas que, arrojándolas en distintas superficies, obtuvo resultados variados.
Horacio Andrade y Claudia Pantoja no son sembradores, pero igualmente lograron resultados. Con perseverancia y un poco de paciencia, han dado una nueva vida al mirador de la Virgen de las Peñas, ubicado en la calle Colón.
Gracias al esfuerzo de los vecinos, hoy junto a la escalera se puede observar un sistema de terrazas que contiene variadas plantas. Girasoles, parras, higueras y, en general, mucho verde para darle otro sentido al paisaje.
"Hace unos meses que empezamos con lo de las plantas. Hace tiempo otro vecino estaba poniendo, pero después dejó de hacerlo. Al principio fuimos a pedir algunas a Conaf, pero la tierra no era buena y se murieron casi todas", explicó Claudia.
La experiencia sirvió de lección, y hoy el camino al mirador luce totalmente distinto a cómo se veía algunos meses atrás.
"Al principio regábamos todos los días, pero ahora que las plantas están más firmes, vamos día por medio. Es un sacrificio, pero vale la pena, porque se nota el cambio, está mucho más bonito", comenta Claudia, quien también aclara que otros vecinos han aportado con plantas para el proyecto de embellecer el camino.
Horacio, con orgullo, muestra lo que ha sido capaz de construir con su familia y cómo la inversión de dinero, tiempo y esfuerzo ha dado frutos. "Esto estaba sucio, lleno de piedras y botellas. Los turistas llegan de los cruceros y van al Morro, al Museo Colón 10, suben al mirador y no corresponde que se encuentren con todo feo", declara muy seguro.
La tarea no sólo consiste en regar las plantas. Horacio no ha podido contenerse y en coacciones también ha agarrado cemento y una pala y él mismo ha repavimentado la vereda del sector. "Por acá transita mucho turista, tenemos que preocuparnos de que les guste. No podemos tener el lugar sucio o las calles malas", reflexiona. Cuenta que, a veces, le dan ganas de tomar una bolsa y el mismo ponerse a limpiar el cerro.
Dice, con orgullo, que mucho del Mirador de la Virgen de las Peñas es gracias al interés de los vecinos.
"Uno se puso con los pasamanos de la escalera, otros con cierres y de repente alguien limpia un poco para ayudar. A mí me dan ganas de hacer muchas cosas para que todo esto se vea mejor", relata. J