Una réplica a escala de las pictografías de Vilabrani busca rescatar el sitio histórico.
Ha sido rayado, baleado y borrado. Las pictografías de Vilacaurani, también conocido como Wilacaurane no han logrado permanecer en buen estado a través del tiempo.
Y precisamente esa ha sido la obsesión de Pedro Quevedo, gestor del proyecto que busca replicar las pictografías, que superan los 10 metros de largo.
Hasta la jornada de ayer se mantuvo en la casa San Marcos la exposición de un mural, realizado por Jesús López y Miguel Moreno, quienes, a través de más de 150 locetas, dieron vida al mural, con la escala de 1:2, es decir, teniendo la mitad del tamaño original.
"Hace años viví en Putre, y me impactó profundamente que las pictografías estuvieran casi totalmente destruidas, así que desarrollé este proyecto", comentó Pedro Quevedo.
Comentó que se despertó un interés en el mural, el que a su vez, puede ayudar a crear conciencia de la importancia de proteger estos sitios.
La exposición, que culminó durante la tarde de ayer, se trasladará hasta la localidad de Putre.
"En un par de semanas vamos a instalarla frente a la Municipalidad, en un lugar muy visible. Creo que va a ser un atractivo turístico vital", expresó Quevedo.
"Cada una de las lozas que componen el mural son una pieza única. Cuando fue recién descubierto, se determinó que estaba compuesto por tres colores: Sangre seca, sangre fresca y negro. Pero durante el trabajo, para hacer el mural, se descubrieron muchos más colores", comentó el organizador.
"El original está muy maltratado, en parte porque es accesible para la gente, lo que termina por ser una desventaja. En otros lugares, como Perú, se castiga duramente el daño que se le hace a los sitios históricos", comentó. J