Vende de todo para los que llegaron a la Lisera sin el bolso playero
Trajes de baño, toallas, sandalias, bloqueador y hasta ropa de cambio.
Suele suceder: Un ariqueño llega hasta la playa La Lisera sin intenciones de bañarse. Y está tan seguro de que se mantendrá lejos del agua que no se molesta en llevar lo necesario para darse un chapuzón.
Pero , bajo el intenso calor, las aguas del balneareo comienzan a verse cada vez más atractivas y la idea de un refrescante momento en el mar comienza a cobrar fuerza. La voluntad del que aseguró que no se bañaría comienza a flaquear.
Justamente en ese momento el negocio de Orlando Diaz cobra sentido. Los que llegaron a la playa sin ganas de bañarse pero se arrepintieron, los olvidadizos y los que terminaron en la playa "por casualidad" son el público objetivo.
"Acá tengo de todo lo que haga falta para pasarse un día en la playa, aunque la gente no haya venido preparada. Hasta bloqueador por si se les queda", cuenta Orlando, que ya lleva 7 años en el negocio de ser la salvación de los olvidadizos.
"Tengo trajes de baño en todas las tallas, para mujer, hombre, niñitas, niñitos y guaguas. Esto es un servicio y a la gente le gusta mucho, incluso algunos turistas se han sacado fotos en el local porque les llama la atención", comentó Diaz.
Pese a que comenta que este año las ventas han estado bajas, sabe que el negocio es bastante requerido y conocido durante el verano.
"Claro que cuando se acaba la temporada de verano me dedico a otro rubro. Pero parto el 1de diciembre y hasta el 15 de marzo me quedó en la playa. Atiendo desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche", cuenta.
Claro que estos horarios también sufren algunas variaciones, pues nunca falta el cliente de último minuto. "A veces justo me estoy yendo y alguien me pide un traje de baño o una toalla porque le hace falta. Desarmo las cajas y le vendo lo que necesite, porque los locales son para los clientes", comenta Orlando.
El vendedor señala que su idea original era vender gorros bordados, pero poco a poco comenzó a notar el potencial del negocio.
"Yo soy el precursos de bordar los gorros con "Arica, Chile" y esas frases para dar a conocer la ciudad. Pero después pensé que la gente necesita otras cosas cuando viene a la playa, así que empecé a traer trajes de baño y toallas, para que la gente que llega a la playa y no trae nada pueda pasar el día entero acá si quiere", explicó. J