Un incremento de 17,3% en la llegada de turistas experimentó entre 2010 y 2012 la región de Arica y Parinacota, esto de acuerdo al balance entregado en diciembre del año pasado por la dirección local del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur).

Según el organismo, entre enero y octubre del año anterior, arribaron a la región más de 126 mil visitantes, entre ellos 97.570 nacionales y 28.501 extranjeros. Estos números se reafirman en la ocupación hotelera que sostuvo la industria durante el periodo señalado, la que a juicio de la Cámara de Turismo responde, entre otros factores, al número de personas que visitaron la región durante los denominados fines de semana largo. Este factor también se relaciona con las campañas de difusión desarrolladas dentro y fuera de Arica, las que permitieron posicionar a la ciudad como un importante destino tanto en Chile como en el extranjero.

En una sesión realizada en octubre de 2012, el Consejo Regional aprobó un monto de 2.300 millones de pesos para el posicionamiento turístico de la región, dinero proveniente del Fondo Nacional de Desarrollo Regional y que debe ejecutarse en un periodo de 24 meses. Sin duda se trata de una inversión que podría generar un nuevo crecimiento de la industria.

Considerando lo anterior, es relevante que la ciudad mejore ciertas condiciones que, paradójicamente, están en absoluta contraposición a lo que se espera de una ciudad turística.

Prueba de ello es la escasa o nula señalética turística que exhibe la capital regional, un aspecto fundamental a la hora de explotar todas nuestras potencialidades.

Parece insólito que a lo largo de las principales avenidas de la ciudad no se observen indicaciones claras de cómo acceder a los balnearios de El Laucho o Chinchorro, situación que se repite con el Morro de Arica y con otros sitios de interés.

Mientras estos temas no se resuelvan, será muy difícil proyectar a la región como una potencia turística, pese a contar con un tremendo potencial geográfico y patrimonial.