Corte de cinta con poco público
Ayer fue reinaugurado el estadio Carlos Dittborn con bombos y platillos...pero también con poco público, ya que a la hora en que se efectuó la ceremonia muy poca gente había llegado hasta el recinto mundialista.
Ayer fue reinaugurado el estadio Carlos Dittborn con bombos y platillos...pero también con poco público, ya que a la hora en que se efectuó la ceremonia muy poca gente había llegado hasta el recinto mundialista.
Resulta sorprendente que un gobierno con tan buenos números económicos haya fracasado en su intento por retener el gobierno, más cuando la oposición parecía no superar el desgaste de 20 años de administración entre 1990 y 2010.
Las razones para explicar aquello son muchas, pero posiblemente destacan la defectuosa lectura de lo que es Chile hoy, malas elecciones de autoridades y el desprecio que se tuvo en variados momentos con la actividad política.
La política es una actividad noble cuando busca los consensos y llevar a buen puerto las demandas ciudadanas al límite de lo posible, manteniendo vivas las aspiraciones, pero en un clima de paz social.
Pero ciertamente escasean esas ideas en estos momentos, en especial en la centroderecha, donde salvo el manejo de lo económico, cuesta encontrar personeros que entiendan lo social y personal de un país, vale decir, que vean más allá de los números. Tampoco es que la centroizquierda lo logre, pero al menos parece tener una mayor sensibilidad, o una imagen ad-hoc, frente al punto.
El chileno demanda hoy cuestiones específicas y no se trata de llevar el amén de manera permanente, pero al menos, debe haber conciencia de la necesidad de administrar aquello.
De eso trata la política.
Hubo lesiones importantes a la autoridad en estos cuatro años: con erróneas designaciones, con una incapacidad de entender incluso a personas de su propio sector, con la falta de proyectos que permitan soñar en grande. En contrario, a ratos abundaron los personalismos, reacciones populistas y peleas personales que terminaron por dañar las muchas cosas buenas que se hicieron y que sólo terminarán por verse conforme pase el tiempo.
Chile es un país de equilibrios y por tanto requiere tanto de un buen gobierno como de una centroderecha que defienda sus ideales, con respeto y pensando en el bien de Chile.
Hace rato que se extrañan mensajes y personalidades que piensen en el país, más que en ciertos sectores.
Con el ánimo arriba terminaron los ariqueños que concurrieron el viernes a una disco local a ver la belleza del team de una reconocida cerveza nacional. El show, sí, fue muy corto.
Un problema se han vuelto las veredas de la calle San Marcos. Hoy, una familia debió circular por la calzada, para esquivar los postes que sólo dejan pasar por la vereda a quienes sean muy, muy delgados.