Apocos días que la Corte de La Haya entregue su veredicto respecto a la demanda marítima presentada por el estado peruano, los gobiernos de Chile y Perú han realizado una serie de actividades tendientes a sociabilizar los escenarios que podría generar la resolución del tribunal internacional.
Mientras el canciller Alfredo Moreno y el ministro de Economía, Félix de Vicente, han sostenido una nutrida agenda en la región de Arica y Parinacota, al otro lado de la frontera, las autoridades del Rímac también han mantenido encuentros con la comunidad de Tacna.
Se trata de un importante proceso que busca promover la tranquilidad y la mesura, sobre todo en aquellos sectores que podrían verse afectados tras el fallo.
En Santiago y en Lima también se han materializado importantes reuniones. En ellas es posible observar un discurso que reafirma el compromiso de respetar el veredicto y continuar trabajando de manera conjunta en diversos temas, sobre todo en aquellos que generen el desarrollo económico y social de ambas naciones.
Si bien durante todo el proceso han existido voces que se alejan de este anhelo, lo cierto es que, tal como lo manifestó el canciller Moreno, se observa un ambiente de calma, situación que seguramente se mantendrá durante y después de conocida la deliberación de los jueces. Al menos así lo esperan los vecinos de Arica y Tacna, quienes históricamente han mantenido una estrecha y cotidiana relación que se reafirma en los más de 5 millones de controles migratorios que se realizan al año en los pasos fronterizos de Chacalluta y Santa Rosa.
Para mantener este clima de paz y armonía es indispensable que las autoridades y los diferentes líderes de opinión mantengan un discurso acorde al proceso, dejando de lado especulaciones o nacionalismos mal entendidos.
Considerando que luego del fallo no existirá ningún tema pendiente, lo importante es potenciar la agenda de temas binacionales, sobre todo en aquellos puntos que involucran a las ciudades fronterizas.