Me tocó pasar un Año Nuevo junto mi señora e hijo en la ciudad argentina de Bariloche. Todo normal como nosotros que estacionamos nuestro vehículo al costado del lago y cenamos viendo el lago y habían más de 200 ó 300 autos con familias y jóvenes celebrando el Año Nuevo con juegos artificiales junto a la champaña, el vino, cervezas, cotillones, etc.
Hasta las tres o cuatro de la mañana nos quedamos dormidos junto a la orilla del lago. En la mañana, como a las siete, me despierta mi hijo de 5 años para recoger esos palos voladores de los juegos artificiales que vio en la noche. Salimos a recorrer a la orilla del lago buscando esos residuos y fue muy difícil encontrar, pero fue una gran sorpresa no encontrar ni botellas vacías o cajas de vino o tarros de cervezas y, lo más sorprendente, ni cajetillas de cigarrillos. Como si las familias se hubieran llevado la basura para la casa porque no habían basureros.
Cuando visitamos después Perito Moreno para ver los deshielos con más de 5.000 metros de barandas de madera y naturales antes de entrar al recinto que era gratis, nos entregaron información adecuada y además una bolsa de basura.
El encargado me dijo "no puede dejar basura en el parque; tiene que llevársela porque aquí no hay basureros". Además cuando utilizamos los baños, con agua caliente inclusive, para llevar era gratis.
Ahí comprendemos porqué no encontramos basura cuando estuvimos en el lago de Bariloche.
Sr. Director, no quiero comparar nada, solo recalcar que si deseamos tener una ciudad turística lo primero es que la ciudadanía tenga la prioridad de no ensuciar y así educaremos a una nueva generación que son los niños que copian todo lo que ven que hacen los mayores y así en 20 años mas podríamos tener una ciudad turística formada por las costumbres de sus habitantes.
Mario Melo M.