Rafael Valenzuela, unrancagüino de 66 años, es el chofer que conduce el bus del plantel.
Un infiltrado en el camarín del campeón, el señor Waldo Correa, seguidor mitológico del club O´Higgins, reveló que la celebración fue a gritos, pero sin imprudencias. Tomaron bebidas y comieron galletas saludables. Garcés dio alaridos incomprensibles ("¡¡Sííííí!!", etc), pero luego se calmó. Calandria cantó. Berizzo repartió carcajadas. Los jugadores se ducharon y, al partir, olvidaron siete calzoncillos. Saltaron hasta las cuatro de la mañana. Y, al iniciar el miércoles, algunos hablaron.
"Ojalá me citen en la selección chilena", dijo Pablo Hernández, tucumano, autor del gol de la historia y quien ya obtuvo la nacionalidad chilena. "Nunca es bueno perder, pero a Católica le faltó medirse", dijo el central Mariano Uglessich. "Gloria al Señor", repitió varias veces Luis Pedro Figueroa. Sin embargo, en medio de todo, un hombre clave levantó el teléfono. La Estrella preguntó: . "Afirmativo", dijo. Y ese señor analizó al club. Nos referimos a Rafael Valenzuela, 66 años, el chofer del bus que moviliza al plantel.
En términos futbolísticos, el motor de O´Higgins ha sido Julio Barroso; En términos mecánicos, el motor de O´Higgins es un Mercedes Benz. Y ese bus Mercedes Benz año 2006, cómodo, fina carrocería y con baño en mitad de la máquina, lo conduce, desde hace un año, el señor Valenzuela. Y lo primero que comunica es la mitad de una frase: "Yo ya no puedo más de la emoción…es que…(llanto)".
Repuesto a medias, el señor Valenzuela declaró que lleva dos días llorando y que ama a Eduardo Berizzo. En cada trayecto Berizzo se sienta a su lado y ambos hablan de la vida. "Luego pongo música tropical y los jugadores la cambian por reggaetón, que es la onda", admite. Y el chofer lloró otra. ¿Está bien? "Tocado, amigo. Es que Berizzo, cuando llegamos de Talca y nos instalamos en el Monasterio (sagrado lugar de entrenamiento), no descansó. Le dije: `Don Eduardo, ¿qué hace?´. Me dijo: `Quiero plantar una linda plantita´…¡Así es don Eduardo!"
El conductor de O´Higgins reveló que la ruta al título no ha sido fácil. Dos veces el bus se ha quedado en panne.
Por supuesto el legendario Berizzo, acompañado del profesor Fernández, bajó del bus y trancó una tuerca: el Mercedes encendió al instante. Hinchas rivales le han rayado el vehículo. Le han tirado piedras y todos los fines de semana le sacan la madre. Nada le importa: "Esta es mi familia. Nunca había visto un grupo humano así". J