Las cifras lo dicen todo: Durante los días de Fiestas Patrias, 76 mil chilenos viajaron a Tacna, atraídos por la gastronomía, los precios y porque se transforma en una alternativa de paseo.
A este lado de la frontera, el gremio proyectaba la llegada de 11 mil visitantes; sin embargo, la mayoría de ellos arribó a la ciudad y emprendió rumbo a la ciudad del Caplina.
Al interior de la Cámara de Turismo de Arica, el tema causa preocupación; y apuntan sus críticas al gobierno regional y comunal, así como a la ciudad en su conjunto por la casi nula apuesta que tiene Arica para recibir a los visitantes nacionales y extranjeros.
No basta con el patrimonio cultural, si se tiene un casco antiguo en mal estado, asegura un dirigente de la industria sin chimeneas. Lo mismo ocurre en el borde costero norte, donde las playas Chinchorro y Las Machas presentan serias falencias y un preocupante descuidado, que evidencia que adolecemos de una política local de fomento a la inversión en infraestructura turística. Basta recordar que desde que fue urbanizada la zona de Chinchorro, a mediados de los '90, nunca más ha recibido una mantención y, salvo algunos privados que pintaron los muretes, se nota el paso del tiempo.
Quizás, una de las mayores falencias proviene de la falta de panoramas y alternativas que tienen los turistas y los mismos ariqueños, que reclaman con frecuencia sobre la escasa actividad artístico-cultural que hay en la comuna. Se sabe de iniciativas de índole cultural, pero es necesario unir esfuerzos en torno a definir un calendario de actividades que sea atrayente para el turista y que le permita pernoctar más de una noche en la ciudad, que es la apuesta de las autoridades.
El problema se vuelve crítico durante la temporada estival, en la que escasean las actividades culturales y, salvo el Carnaval Con la Fuerza del Sol, esos meses casi no hay alternativas de entretención para quienes lleguen a la ciudad.
Como región nos jactamos de ser una ciudad netamente turística; sin embargo, son muchos los puntos negros que de no remediarlos en el breve plazo seguirán atentando contra el esfuerzo que realiza el sector público y privado por atraer más visitantes.
Quizás es el punto de inflexión para que Arica piense en grande en materia turística. Pensar que somos más que sol, playas y un milenario patrimonio cultural; y tanto autoridades, gremios y la misma ciudadanía se involucren en elaborar propuestas que nos permitan apostar por contar con un turismo de alto nivel.