Un preocupante informe elaborado por el Ministerio de Educación estableció que la comuna de Arica presenta la peor ejecución presupuestaria en infraestructura escolar del país, alcanzando en los últimos dos años sólo a materializar $350 millones en proyectos financiados por el Fondo de Infraestructura de dicha cartera.

Según el análisis desarrollado por el Departamento de Infraestructura Escolar del Mineduc, el municipio perdió entre 2012 y 2013 cerca de $3.500 millones, esto considerando que en cada periodo el marco presupuestario otorga cerca de $2 mil millones para el mejoramiento de escuelas y liceos.

La información entregada por el jefe nacional del organismo, Gonzalo Yazgán Prat, reabre aquel debate ciudadano que se ha sostenido durante los últimos meses y que se relaciona con denuncias que nacen desde las propias unidades educativas, dando cuenta del complejo escenario que presentan varios planteles, entre ellos el Liceo Politécnico, el Liceo Artístico, el Liceo Octavio Palma Pérez y la Escuela Tucapel.

Pese a que desde la administración municipal de educación manifiestan que existe una serie de proyectos que están en etapa de ejecución, lo cierto es que estas situaciones y retrasos terminan generando una profunda molestia en la comunidad, sobre todo cuando se trata de un tema de primera importancia, como es la educación.

En ese contexto, las autoridades deben optimizar las herramientas que permitan no sólo formular proyectos, sino que comprometer su ejecución dentro de los plazos establecidos, tal y como lo determinan las reglas.

Pese a los lamentables hechos que afectaron al municipio durante el año 2012, lo cierto es que estos resultados son impresentables, toda vez que una comuna como Arica no puede permitirse ni darse el lujo de aparecer en el fondo de un ranking, especialmente cuando se trata de una materia que impacta directamente en la nuevas generaciones y es un pilar para el desarrollo.

El terminal agropecuario se ha convertido en un interesante centro turístico donde visitantes nacionales y extranjeros pueden disfrutar de una sinfonía de colores y aromas de frutas y verduras producidas en los fértiles valles de Azapa y Lluta. Llama la atención que en medio del desierto más árido del mundo exista una variada producción hortícola de óptima calidad, de comprobada frescura y nada que envidiar a la notable producción de nuestro valle central. A los turistas sureños también les resulta muy novedoso que los clientes puedan seleccionar libremente el producto que deseen adquirir.

Más conocido como el Agro, nació en 1981 cuando uno grupo de pequeños productores y comerciantes de Ticnámar, Chaca, Camiña, Belén, San Miguel de Azapa, Chapiquiña y Putre se unieron en una asociación e iniciaron sus actividades en dos hectáreas junto a la Carretera Panamericana. Un policlínico atiende a 20 mil trabajadores vinculados al sistema. Actualmente 600 puestos expenden, además, productos de abarrotes, carnes, florerías y restaurantes los que pueden ser recorridos por pasillos amplios y ordenados fácil de transitar amenizados con música popular difundida por su propia radioemisora dando a conocer avisos comunitarios y ofertas del día. Su infraestructura ha sido mejorada por etapas y en la actualidad se están renovando los puestos de los locatarios.

No obstante el éxito económico alcanzado no ha ido de la mano con el mejoramiento de otros aspectos que no solo afecta la imagen turística sino más bien al cliente local testigo de la falta de aseo en baños y cierre perimetral, el mal estado y poca cantidad de carros con tediosas esperas casi a diario, los productos se exhiben sin sus precios lo que produce una evidente desconfianza al usuario, el deambular de gitanas solicitando limosnas y la falta de estacionamientos.

La administración puede mejorar estos pequeños detalles de fácil solución para que el terminal se consolide realmente como un agro turístico.